Terapia de niños y asesoramiento de padres
Los niños y adolescentes pueden tener los mismos dilemas y trastornos mentales que los adultos. Sin embargo, las manifestaciones suelen ser diferentes y varían dependiendo de la edad, el momento evolutivo y las circunstancias socio-familiares.
Discernir si un comportamiento, actitud o manifestación es propio de la edad o no lo es, puede ser es problemático. Generalmente, los padres desconocen los síntomas y signos de los trastornos mentales en los niños y los adolescentes, lo que les hace más difícil saber si hay motivos para consultar. Además, los padres pueden pensar que todos los niños pueden presentar alguno de estos síntomas o comportamientos en algún momento. O puede resultarles tan doloroso aceptar que los hijos podrían tener problemas que, aún viéndolos, los minimizan o niegan consciente o inconscientemente. En cualquier caso, ante la duda, es recomendable consultar.
¿Cómo detectar si mi hijo tiene problemas psicológicos o algún trastorno mental?
Los adultos son los que pueden darse cuenta si un niño necesita ayuda o pudiera tener un trastorno mental. Los niños suelen carecer del vocabulario o la capacidad para comunicar su experiencia interna. En otras ocasiones, no se atreven a hablar de lo que les ocurre por vergüenza, temor a represalias, o para evitar preocupar a los adultos. Por eso, es importante que los adultos (padres y profesores), conozcan los síntomas de alerta y estén atentos.
Síntomas de alerta:
- Quejas físicas frecuentes (dolores de tripa, de cabeza, etcétera.) con ausencias escolares o negativas reiteradas a ir al colegio, pueden ser la forma en la que los problemas de ansiedad o de ánimo se manifiestan en los niños.
- Cambios de comportamiento, del estado de ánimo, tristeza o apatía y desgana marcadas que duran más de dos semanas y que alteran su funcionamiento.
- Expresiones intensas de los sentimientos, irritabilidad, ataques de ira, comportamientos agresivos y/o de riesgo.
- Aislamiento social prolongado.
- Dejadez en el cuidado e higiene personal.
- Adelgazamiento inexplicable o restricciones alimentarias o actitud selectiva frente a determinados alimentos.
- Problemas de concentración o dificultades para dormir.
- Conductas autolesivas o consumo de tóxicos.
Problemas mentales que pueden darse en niños y adolescentes
Trastornos de ansiedad y depresión
Los niños y adolescentes pueden tener preocupaciones y temores que son propios de la etapa evolutiva en la que se encuentran. Por ejemplo, miedos y temores normales en los niños son: entre 3 y 9 meses, la ansiedad ante el extraño; en los niños pequeños, los miedos a acontecimientos fantásticos, a la oscuridad, o a que otros niños se rían de ellos; en los adolescentes a no ser aceptados y otros relacionados con su sexualidad. Estos miedos y temores tienen una función de adaptación y reflejan los cambios que experimentamos al madurar.
Sin embargo, si la intensidad de los miedos es muy grande y/o les produce mucho sufrimiento impidiéndoles desenvolverse normalmente, habría que plantearse la posibilidad de que pudieran estar sufriendo un trastorno de ansiedad. Los niños, como los adultos, pueden tener trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobias, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno de ansiedad social, en definitiva, los mismos que se presentan en los adultos.
Trastorno de déficit de atención e hiperactividad
Suele incluir todos o algunos de las siguientes manifestaciones: dificultades para atender, comportamientos impulsivos e hiperactividad.
Trastornos de alimentación
Los niños y adolescentes pueden preocuparse por la apariencia y el peso, la imagen corporal y ser o no aceptados por los iguales. Cuando estas preocupaciones son muy grandes y comienzan a afectar a su ánimo, sus patrones de alimentación y/o derivan en cambios en el peso, habría que considerar consultar e intervenir prontamente pues, la prevención es la mejor herramienta para tratar los problemas de alimentación.
La anorexia nerviosa, bulimia y otros trastornos de alimentación suelen comenzar en la pubertad y adolescencia. Son trastornos graves, que pueden poner en riesgo la vida.
Problemas del aprendizaje
Algunos niños tienen dificultades para leer, escribir, comprender o expresar el lenguaje (hablado o escrito) o las matemáticas. Sus cerebros procesan la información de forma diferente, lo que les puede llevar a tener problemas en el colegio. Dislexia, dispraxias, discalculia y disgrafias, pueden ser tratadas.
Trastornos del espectro autista
Son trastornos del desarrollo que afectan la capacidad de los niños para interactuar y comunicar, además de tener otras manifestaciones que varían según la gravedad y las áreas que afectan. Suelen manifestarse en los primeros 3 años de la vida. Algunos trastornos menos marcados y que cursan sin con un C.I. normal o algo por encima de lo normal, pueden pasar desapercibidos quedando sin diagnosticar aún cuando la persona haya llegado a la edad adulta.
Psicosis
Son experiencias en las que se alteran la percepción, el pensamiento, el estado de ánimo y la conducta que, suelen hacer que el niño o el adolescente pierda el sentido de la realidad. Los síntomas psicóticos pueden ser expresión de una variedad de trastornos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el trastorno esquizoafectivo, o una psicosis tóxica (producidas por el consumo de sustancias tales como cannabis, cocaína, drogas alucinógenas).
Consumo de tóxicos
Las drogas son sustancias que fumadas, ingeridas, inhaladas, esnifadas o inyectadas llegan al cerebro y alteran su funcionamiento. El consumo es peligroso en sí mismo pues deriva en trastornos del comportamiento, problemas graves de salud y dependencias, pero, además, son un factor de riesgo importante para que se desencadenen enfermedades psiquiátricas en personas vulnerables.
El consumo de tóxicos es un problema de salud pública importantísimo que está afectando a poblaciones cada vez más jóvenes.
¿Qué puedo hacer si sospecho que mi hijo/a podría tener problemas psicológicos o algún trastorno mental?
Lo primero es consultar con el pediatra o el médico de cabecera. Describe los comportamientos y síntomas que has observado y que te preocupan. A menudo ayuda hablar con los maestros y comprobar si ellos han observado algo preocupante en el comportamiento en las aulas o en las relaciones con otros chicos en el colegio. También puedes hablar con sus amigos, otros familiares o cuidadores y preguntarles si ellos notaron algunos cambios también.
El pediatra o el médico que conocen a tu hijo/a desde pequeño, pueden orientarte sobre qué hacer. También puedes consultar con los profesionales de InterAcción.
¿Qué esperar en una consulta con el psicólogo o profesional de salud mental?
Los psicólogos infantiles y profesionales que diagnostican y tratan los problemas en niños y adolescentes, hablarán contigo primero para recabar información y hacer una historia clínica completa. Posteriormente, habrán de evaluar al niño y/o al adolescente. Utilizarán técnicas de entrevista específicas que pueden incluir el juego, dibujos, etcétera, y que se ajustarán a la edad. Tratarán de evidenciar si existen signos y síntomas y comprobarán el grado de sufrimiento y cuánto limitan la vida de tu hijo/a. A menudo necesitarían comunicar con los profesores que pasan muchas horas del día con los niños para indagar si ellos también han observado cambios o alteraciones en el comportamiento.
Después de evaluar, realizarán unas recomendaciones que pueden incluir:
- Psicoterapia, del niño y/o de la familia
- Uso de medicaciones
- Orientaciones psico-pedagógicas
- Otras recomendaciones sobre hábitos de salud y/o propuestas de cambios en la dinámica familiar o en alguna de las pautas educativas.
Generalmente, los profesionales que trabajan con niños y adolescentes están acostumbrados a interaccionar y colaborar con maestros y otros profesionales tales como psico-pedagogos, logopedas, educadores sociales, que pueden tener un papel importante en el plan de tratamiento.